Un suceso de la vida cotidiana se proyecta en alternadas y alteradas ideas; las mismas se enlazan hasta unificarse, sintetizarse y materializarse en una nueva obra. Este acontecimiento aparece ligado a un objeto, que a simple vista, puede percibirse como liviano, blando, suave y dócil. Y ese efímero vínculo -suceso/objeto- provoca que esas apariencias sutiles y volátiles se estructuren, rigidicen y encapsulen en figuras geométricas; columnas/tótems.
Así aquello que se mostraba ligero ante los sentidos empieza a adquirir un imperante estatismo. Siendo este de tal rigurosidad que comienza a operar a modo de pensamientos recurrentes e invasivos que se reproducen sucesivamente impactando de manera agobiante y abrumadora.
La obra consta de un espacio obstruido por columnas que si bien varían en cuanto a tamaños y posiciones no cesan de exponer la reiteración en cuanto al diseño, una estructura geométrica con franjas horizontales de diferentes colores. Las mismas al unificarse logran cohabitar permitiendo el ingreso a un juego visual y una situación teatral de la obsesión.